#MeditarEnAdviento A la espera del Amigo


"Estad alerta, vigilad: pues no sabéis cuándo es el tiempo». Esta misericordiosa advertencia es tan precisa, tan solemne, tan seria, que debería estar siempre presente en nuestros pensamientos. El Salvador había predicho de antemano su primera venida; con todo, cuando vino cogió a su Iglesia por sorpresa; su segunda venida será todavía más repentina y pillará a los hombres más desprevenidos aún, puesto que Él no ha determinado la duración del intervalo que la precederá -a diferencia de lo que sucedió con la primera venida-, sino que ha confiado nuestra vigilancia a la fe y el amor.
Pienso que en la palabra vigilancia -primero empleada por nuestro Señor, y, después, por su discípulo amado y los dos grandes apóstoles, Pedro y Pablo- es una palabra notable. Es notable porque la idea no es tan obvia como a primera vista pudiera parecer, y, en segundo lugar, porque se trata de algo que todos ellos tienen mucho interés en inculcar. No se trata simplemente de que creamos, sino de que vigilemos; no se trata simplemente de que amemos, sino de que vigilemos; de que simplemente obedezcamos, sino de que vigilemos. Pero, ¿ante qué debemos estar vigilantes? Ante el gran acontecimiento, la venida de Cristo. Tanto si consideramos el significado obvio del término vigilar como el objeto de la vigilancia, nos da la impresión de que se exige de nosotros un deber especial que, de primeras, no sabemos muy bien en qué consiste. La mayoría de nosotros tenemos una idea general de lo que significa creer, temer, amar y obedecer; pero quizá no sabemos muy bien qué significa vigilar. ¿En qué consiste la vigilancia?
Pienso que se puede explicar como sigue. ¿Conoces el sentimiento de esperar a un amigo, de esperar que venga, y que se retrase? ¿Sabes lo que es estar en mala compañía, con alguien que te resulta desagradable, y desear que el tiempo pase, y que suene la hora y que puedas estar libre? ¿Sabes lo que es estar lleno de ansiedad por si va a suceder o no algo, o estar en suspense por un suceso importante, que hace que tu corazón lata más rápido cuando te acuerdas de ello, y que es lo primero en lo que piensas por la mañana? ¿Sabes lo que es querer a un amigo que está en un país lejano, esperar noticias suyas, y preguntarte todos los días qué es lo que estará haciendo, y si estará bien? ¿Sabes lo que es vivir pendiente de una persona que está contigo, de forma que tus ojos van detrás de los suyos, lees en su alma, percibes todos los cambios en su semblante, anticipas sus deseos, sonríes cuando sonríe, y estás triste cuando está triste, y estás abatido cuando está enfadado, y te alegras con sus éxitos? Estar vigilante ante la venida de Cristo es un sentimiento parecido a todos éstos, en la medida en que los sentimientos de este mundo son aptos para reflejar los del otro.
Está vigilante ante la venida de Cristo la persona que tienen una mente sensible, ardiente, inquieta; la persona que es despierta, perspicaz, que está entusiasmada por buscarle y honrarle; que lo busca en todo cuanto sucede, y que no se sorprendería, ni se sentiría demasiado perturbada ni abrumada, si supiera que Él iba a venir ahora mismo".


Sermón de Adviento del cardenal John Henry Newman (1801-1890), pastor anglicano convertido al catolicismo y beatificado en 2010.





#MeditarEnAdviento María, antes de concebir corporalmente, concibió en su espíritu

San León Magno, Sermón 1 en la Natividad del Señor (2.3)

Dios elige a una virgen de la descendencia real de David; y esta virgen, destinada a llevar en su seno el fruto de una sagrada fecundación, antes de concebir corporalmente a su prole, divina y humana a la vez, la concibió en su espíritu. Y para que no se espantara, ignorando los designios divinos, al observar en su cuerpo unos cambios inesperados, conoce, por la conversación con el ángel, lo que el Espíritu Santo ha de operar en ella. Y la que ha de ser Madre de Dios confía en que su virginidad ha de permanecer sin detrimento. ¿Por qué había de dudar de este nuevo género de concepción, si se le promete que el Altísimo pondrá en juego su poder? Su fe y su confianza quedan, además, confirmadas cuando el ángel le da una prueba de la eficacia maravillosa de este poder divino, haciéndole saber que Isabel ha obtenido también una inesperada fecundidad: el que es capaz de hacer concebir a una mujer estéril puede hacer lo mismo con una mujer virgen.
Así, pues, el Verbo de Dios, que es Dios, el Hijo de Dios, que en el principio estaba junto a Dios, por medio del cual se hizo todo, y sin el cual no se hizo nada, se hace hombre para librar al hombre de la muerte eterna; se abaja hasta asumir nuestra pequeñez, sin menguar por ello su majestad, de tal modo que, permaneciendo lo que era y asumiendo lo que no era, une la auténtica condición de esclavo a su condición divina, por la que es igual al Padre; la unión que establece entre ambas naturalezas es tan admirable que ni la gloria de la divinidad absorbe la humanidad, ni la humanidad disminuye en nada la divinidad.
Quedando, pues, a salvo el carácter propio de cada una de las naturalezas, y unidas ambas en una sola persona, la majestad asume la humildad, el poder la debilidad, la eternidad la mortalidad; y, para saldar la deuda contraída por nuestra condición pecadora, la naturaleza invulnerable se une a la naturaleza pasible, Dios verdadero y hombre verdadero se conjugan armoniosamente en la única persona del Señor; de este modo, tal como convenía para nuestro remedio, el único y mismo mediador entre Dios y los hombres pudo a la vez morir y resucitar, por la conjunción en él de esta doble condición. Con razón, pues, este nacimiento salvador había de dejar intacta la virginidad de la madre, ya que fue a la vez salvaguarda del pudor y alumbramiento de la verdad.
Tal era, amadísimos, la clase de nacimiento que convenía a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios; con él se mostró igual a nosotros por su humanidad, superior a nosotros por su divinidad. Si no hubiera sido Dios verdadero, no hubiera podido remediar nuestra situación; si no hubiera sido hombre verdadero, no hubiera podido darnos ejemplo.
Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Ellos ven, en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?





#FiguradelPesebredehoy lunes 30 de noviembre de 2015


Faltan 25 días para Navidad. ¡Armemos un pesebre espiritual!
#FiguradelPesebredehoy Una decena del Rosario por las embarazadas y los niños por nacer.

#MeditarEnAdviento Las dos venidas de Cristo

De las catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 15,1-3: PG 33, 870-874)


"Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior. La primera llevaba consigo un significado de sufrimiento; esta otra, en cambio, llevará la diadema del reino divino.

Pues casi todas las cosas son dobles en nuestro Señor Jesucristo. Doble es su nacimiento: uno, de Dios, desde toda la eternidad; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Es doble también su descenso: el primero, silencioso, como la lluvia sobre el vellón; el otro, manifiesto, todavía futuro.
En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin miedo a la ignominia; en la otra vendrá glorificado, y escoltado por un ejército de ángeles.
No pensamos, pues, tan sólo en la venida pasada; esperamos también la futura. Y, habiendo proclamado en la primera: Bendito el que viene en nombre del Señor, diremos eso mismo en la segunda; y saliendo al encuentro del Señor con los ángeles, aclamaremos, adorándolo: Bendito el que viene en nombre del Señor.
El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio. Aquel que antes, mientras era juzgado, guardó silencio refrescará la memoria de los malhechores que osaron insultarle cuando estaba en la cruz, y les dirá: Esto hicisteis y yo callé.
Entonces, por razones de su clemente providencia, vino a enseñar a los hombres con suave persuasión; en esa otra ocasión, futura, lo quieran o no, los hombres tendrán que someterse necesariamente a su reinado.
De ambas venidas habla el profeta Malaquías: De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis. He ahí la primera venida.
Respecto a la otra, dice así: El mensajero de la alianza que vosotros deseáis: miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata.
Escribiendo a Tito, también Pablo habla de esas dos venidas, en estos términos: Ha aparecido la gracia de Dios que trae la salvación para todos los hombres; enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Ahí expresa su primera venida, dando gracias por ella; pero también la segunda, la que esperamos.
Por esa razón, en nuestra profesión de fe, tal como la hemos recibido por tradición, decimos que creemos en aquel que subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Vendrá, pues, desde los cielos, nuestro Señor Jesucristo. Vendrá ciertamente hacia el fin de este mundo, en el último día, con gloria. Se realizará entonces la consumación de este mundo, y este mundo, que fue creado al principio, será otra vez renovado".

Meditación del Oficio de Lectura del domingo 29 de noviembre de 2015




#FiguradelPesebredehoy domingo 29 de noviembre de 2015


Faltan 26 días para Navidad. ¡Armemos un pesebre espiritual!
A partir de hoy, cada día, una "figura del pesebre" diferente para colocar a los pies del Niño.
#FiguradelPesebredehoy Encender la esperanza... porque Jesús está en camino.

¡A caminar!

Caminar a Belén. Eso proponemos desde este blog. Caminar hacia el encuentro del Dios-con-nosotros que nos espera allí donde nace la Vida.
Esta tarde comienza el Adviento y estamos invitados a afirmar nuestros pasos y poner rumbo definido hacia Belén.
Aquí encontrarás cada día ayuda para el camino:
-Las lecturas de la Palabra de cada día, para los tiempos de Adviento y Navidad.
-Laudes y Vísperas de cada día, para los tiempos de Adviento y Navidad.
-Textos para la meditación diaria.
-Canciones de Adviento y Navidad para orar cantando.
-Y un poco de todo en las "alforjas del peregrino".
Cada nueva entrada estará disponible también a través de las redes sociales Facebook y Twitter o por correo electrónico (ver en el lateral "recibir novedades").
¡A caminar!