¡Feliz Año Santo de la Misericordia!


Hoy, 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción, inicia el Año Santo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco y que concluirá el 20 de noviembre de 2016.
Se trata de un tiempo extraordinario de gracia y de renovación espiritual.
Si aún no lo hiciste, te invito a leer "Misericordiae Vultus", la bula de convocatoria al Jubileo de la Misericordia escrita por el Papa.
Hay muchas claves de lectura ya que el texto es muy rico, pero hoy te invito especialmente a saborearlo con ojos de Adviento.
"En la «plenitud del tiempo» (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios", nos dice el Papa.

Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El Padre quiso que su entrañable misericordia se hiciera carne en el Niño de Belén.
¡Feliz Año Santo!






Oración del Papa Francisco por el Jubileo Jubileo de la Misericordia


Señor Jesucristo,
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia
la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti,
su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión por los
que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado,
amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.






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