el mayor fuego del cielo,
y el que hizo el tiempo mismo
sujeto al rigor del tiempo.
Su Virgen Madre le mira,
ya llorando, ya riendo,
que, como es su espejo el Niño,
hace los mismos efectos.
No lejos el casto esposo
mirándole está encogido,
y de los ojos atentos
llueve al revés de las nubes,
llueve al revés de las nubes...
porque llora sobre el cielo.
Autor: Lope de Vega
No hay comentarios.:
Publicar un comentario