#PoesíaEnNavidad La Gitana



Dios te salve, Reina mía,

tu esclava soy, mi Señora,


 y aquese Niño que llora

para ser mi Rey se cría.
Dichosa has sido en parir
Niño de tanta belleza,
porque según es la pieza,
con Dios puede competir.
Servidle, Virgen, ansí
como Vos veis que conviene,
que el Niño de buenos viene 


y El es muy lindo por sí.

Niñ,o de tan linda ley,
tan bien nacido
y criado,
viene bien para Prelado 


y nacido para Rey.

Dejadme ver, Virgen pura,
deste Niño
y mi Cordero
la mano, porque le quiero decir 


la buenaventura.

Como te quiere Dios bien,
mucho de Ti se pagó,
que, de gracias que te dió,
bendígate Dios, amén.
Con razón dice tu Madre,
cuando te ve de ese modo,
que eres en todo
y por todo un retrato de tu Padre. 


y según es lo que quieres

repartir de tu tesoro,
bien parece, Niño de oro,
que eres hijo de quien eres.
Escrito traes en la frente,
que se puede escribir mal,
que eres de sangre real 


y que Dios es tu pariente.

Eso tanto te engrandece,
que en todo el mundo hará raya
en la nobleza,
y bien haya
quien
a los suyos parece.
Tu mano, Niño, de flores,
esto me ha significado:
que has de ser enamorado 


y desdichado en amores.

Tendrás muchos enemigos
contra tu parcialidad,
pues no tienes en verdad
cara de pocos amigos.
Sino que eres tan hermoso
y en todo tan estimado,
que hay por que ser envidiado,
no por que ser envidioso.
Desearás por afición
con el Alma desposarte, 


y tener en ella parte dándole tu corazón.

y en aquestas pretensiones
toda la vida has de andar,
con mal comer
y pasar
y con mil persecuciones 


y tales tiempos vendrán

que, perseguido
a la clara,
si no te cruzan la cara
el cuerpo te cruzarán.
Hante de echar en prisiones
y dar tormento
y dolor,
por ladrón
y robador
de almas
y corazones.
Por ser tan grande tu pena
en aquesta coyuntura,
te mando mala ventura 


y Tú me la mandas buena.

Por esto digo serás en amores desdichado;
mas, ese trago pasado,
con lo que quieras saldrás.
La muerte, que no se evita,
para dar de tu amor luz,
te hará ver entre la cruz 


y el agua y sangre bendita.

Dicho he tu cualidad;
quiero decir de tu vida,
que es corta
y viene
a medida
de nuestra mortalidad.
Corta
y de largos trabajos,
vida al fin de enamorado,
como precioso brocado
toda llena de altibajos. 


y aun tienes a la mitad

en la raya de la vida
atravesada
y metida
una larga enfermedad.
Es continua calentura
con flaquezas
y dolores,
que, si no es morir de amores,
este mal no tiene cura.
Desta tísica deshecho
saldrás de achaques
y penas,
y rotas todas las venas,
echarás sangre del pecho.
Bien es que el amor te sangre,
porque tienes, mi Señor,
crecimiento de calor 


y pujamiento de sangre.

No porque, Niño chiquito,
hay en tu sangre algún mal,
que tienes sangre real
cuales la de un corderito.
Si quieres ver si he acertado,
muestra el pulsito,
y verás
que de ocho días estás
deste calor abrasado.
También es mucha razón
abrir, romper
y rasgar,
para que pueda apagar
el fuego del corazón. 


y ansí Amor ha querido,

porque es grande cirujano,
que se corte el miembro sano
para sanar el podrido.
Siendo cosa averiguada
que era maestro en amar, 


y Amor se ha atrevido a dar

al maestro cuchillada.
Porque aquesta es tu doctrina,
y el que más sabe de amor,
ése con sangre
y dolor
sepa tomar disciplina. 


y estando Tú cual estás

del cuchillo lastimado,
siendo bien acuchillado
buen cirujano saldrás.
Este oficio has de tener,
que ansí lo dice tu mano, 


y para ser cirujano

desde niño has de aprender. 


y pues para esto te cría,

Amor te manda
y ordena
que entre misma carne
y vena
hagas hoy la anatomía.
Por eso, Niño sagrado,
hoy te has rasgado
y rompido,
y después en cruz herido
serás hombre desgarrado.
Quiero acabar con besar
tu mano, Niño, florida.
Déte Dios salud
y vida
que tan bien la has de emplear. 


y Vos, Virgen, podéis creer

que tenéis un hijo tal,
que de su carne real
hará pan para vender.
Reparará nuestros daños
será en amarnos fiel, 


y tendréis, Virgen, en El

hijo para muchos años. 


y aunque la vida mortal

ha de ser corta
y finita,
por eso no se le quita
otra eterna
y celestial.
Dame, pues, cara de rosa,
limosna como quien eres,
pues eres entre mujeres
la más linda y más hermosa.
De tu riqueza reparte,
Reina de la hermosura,
que en esta buena ventura
bien sabes que tengo parte.


Cecilia del Nacimiento




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