Todo se ve de otro color en Nazareth,
basta mirar el corazón del buen José.
En el taller debe golpear de sol a sol,
sueña un moisés para acunar al Niño Dios.
Ya no son dos sino que son tres
en la casita de Nazareth,
la dulce espera les sienta bien
a María y José.
Ya no son dos sino que son tres
en la casita de Nazareth,
la dulce espera les sienta bien
a María y José.
Se abre una flor que alumbrará al Emmanuel.
Cuánta ilusión, cuánta humildad hay en tu voz,
¿que sentirás dentro de ti, Madre de Dios?
Ya no son dos sino que son tres
en la casita de Nazareth,
la dulce espera les sienta bien
a María y José.
Ya no son dos sino que son tres
en la casita de Nazareth,
la dulce espera les sienta bien
a María y José.
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