Mientras te acuno en mis brazos,
entre lágrimas de amor,
es que a veces no comprendo
este pobre corazón.
Y pensar que había pensado
abandonarla en secreto,
de no hacer sido por el Ángel
y de lo que dijo en aquel sueño.
Si todavía me cuesta creer
que se haya fijado en mí el cielo,
espero sepas comprenderme,
yo solo soy un pobre carpintero.
Aquí cuidando de tu madre
y contigo aquí en mis brazos,
soy más feliz que el hombre más feliz
que la Tierra haya pisado.
Pero está tan fría esta noche,
estamos tan lejos de casa.
Ay, Dios, qué raros son tus planes,
dije a la noche estrellada
Hubiera querido darte un palacio
y no este agujero,
pero, Tú sabes, no hay lugar
para el hijo del carpintero.
Y te cantaré canciones
de nuestro pueblo y su cansancio,
inclinado ante la cuna
que haré con mis propias manos.
Cuando crezcas cada noche
te contaré historias de sembradores,
de semillas, de tierra fértil,
de ovejas perdidas y de pastores,
de un hombre que encontró un tesoro
y por él lo dejó todo
y así sabrás cuánto te quiero
y que aquel que hombre es este carpintero.
Y te veré crecer despacio
en cada primavera,
te hablaré de nuestro Dios,
te enseñaré lo que pueda.
Éste es el hombre que soy,
eso es todo lo que puedo darte.
No tengo oro ni plata,
solo un corazón para amarte.
El que solo entiende
de clavos y madera
y que por Ti daría...
daría su vida entera
Es que por Ti daría
mi vida entera.
Intérprete: Daniel Poli
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