Cantemos la hermosura
del Dios en quien vivimos:
oh Dios encarnación,
de luz oh alto abismo:
cantemos la hermosura.
Oh bello amanecer
de tierno amor rendido,
oh fuente refrescante,
abierta a todo hijo:
cantemos la hermosura.
Nacía el Dios humano,
salía de sí mismo:
y, fruto de una Virgen,
él era el don divino:
cantemos la hermosura.
Ya toda la familia
alberga a Dios consigo,
y todos lo veremos
un día reunidos:
cantemos la hermosura.
Oh santa Trinidad,
hogar enternecido;
venid, humanos todos,
traed hermosos himnos:
cantemos la hermosura.
Espíritu glorioso,
semilla y regocijo,
de ti la gracia hermosa
ascienda por los siglos:
cantemos la hermosura.
Fray Rufino María Grández, "Himnario de Adviento y Navidad".
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