Oh Dios visible, lleno de hermosura,
Jesús, imagen pura verdadera:
los ángeles te miran y te adoran,
y todos los creyentes te veneran.
En ti reconocemos con ternura
a Dios aparecido en nuestra tierra:
¡Oh santa Epifanía de Dios trino
que en esos tuyos se contempla!
Señor Jesús, divino Infante humano,
en ti la vida toda es don y entrega;
por ti, por ti vivimos y esperamos,
oh Niño vida, luz de las estrella.
Oh fuente y manantial de toda dicha
Oh santa Encarnación de gracia plena,
Oh Niño Dios, locura del amor,
Milagro en el que el hombre y Dios se encuentran.
Aquí junto a la cuna te adoramos,
con los labios que te gozan y te besan,
y todos nuestros dones te entregamos
que el oro, incienso y mirra tuyos sean.
¡Oh santo Jesucristo, Verbo en carne,
Oh dulce epifanía de una estrella:
la luz divina, gozo de los cielos,
en ruta a peregrinos nos envuelva! Amén.
Fray Rufino María Grández, "Himnario de Adviento y Navidad".
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